¿De qué hablan los demás?
Son los medios, los que provocan el cismo;
Como máxima expresión de la austeridad.
Primero dime si te piensas a ti mismo.
Es la era más absurda, la de la mirada curda;
que anida las mentes entre paredes,
dementes y heridos en un hospital,
corruptos y delincuentes por la ciudad;
no es moneda corriente la sinceridad.
El control remoto como símbolo de la prosperidad,
Cuan prospero este barrio, el paraíso del cable,
y su paisaje de soledad.
Entre algunos se escucha el ¿por qué?
Síntomas de su propio anticuerpo,
que no tarda en refugiarse entre bohemios y tarados;
Locos y mambeados, ¿los escucharan? Tal vez,
¿Los encerraran? También.
Yo quiero saber de qué hablan los demás,
y no puedo encontrar en la diversidad
eso que me haga escapar y sumergirme en la verdad.
Marionetas de ese vulgar poder,
esclavo de ningún saber,
Idiotizados por unos cuantos colores y el 3D.
No dejes crecer la metástasis del ente, en tu ser.
Ese mundo de ideas es solo cuestión de ver.
El disfráz no tardara en caer.
(Esos tipos ya están contra la pared)
Los medios nos excitan todo el tiempo, para evitar el deseo y la reflexión, no son más que políticas de saturación. Paroxismo de la individualidad moderna, estallido de los sentidos, dan lugar a formas novedosas de subjetividad, y debieran hacernos pensar en la proximidad de un reordenamiento de las significaciones y los valores. La penosa decadencia de la moral revolcionaria, la de lo social como lugar de realización, y libertad, ese individualismo que el socialismo imagino y muchos seguimos deseando, que parece haber entrado en un eclipse...
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