martes, 17 de mayo de 2011

Seis cifras.

No le importa su espalda, no mira quién está;

Solo intenta captar la atención de los que temen

y desterrar la inseguridad de su mediocridad.

¿A cuántos despedazarán mientras crecen?


También hay algo de ingenuidad en el tiempo

e ironía en los postes de luz;

Cualquier coincidencia ataca al producto y al dinero, la ingenuidad.

En la conciencia del cenicero,

algunos hasta perdonan la verdad;

Es la parodia del embustero,

y su clero de prosperidad.


Con el diablo en los detalles, igual obviamos la obviedad;

Hay un romance en ello,

si dejamos el velo en lo austero, adios a la divina claridad.

El tacto se vuelve una droga de gigantes

y la soledad un néctar de amantes,

¿Hay algo de color en este desierto artesanal ?.

Entre semillas de sueño y lenguaje coloquial;

La ruta todavía se nubla al regresar.


Los ebrios del amor, y fundamentalistas del hedonismo,

creen ser cuerdos en el mismísimo limbo,

soportando torturas sin piedad.





No hay comentarios:

Publicar un comentario